Liturgia de las horas

Hora Intermedia

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO

Sólo desde el amor
la libertad germina,
sólo desde la fe
van creciéndole alas.

Desde el cimiento mismo
del corazón despierto,
desde la fuente clara
de las verdades últimas.

Ver al hombre y al mundo
con la mirada limpia
y el corazón cercano,
desde el solar del alma.

Tarea y aventura:
entregarme del todo,
ofrecer lo que llevo,
gozo y misericordia.

Aceite derramado
para que el carro ruede
sin quejas egoístas,
chirriando desajustes.

Soñar, amar, servir,
y esperar que me llames,
tú, Señor, que me miras,
tú que sabes mi nombre.

Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo. Amén.

SALMODIA
 
Ant. 1. Mucha paz tienen, Señor, los que aman tus leyes.

Salmo 118, 161-168
XXI (Sin)

Los nobles me perseguían sin motivo,
pero mi corazón respetaba tus palabras;
yo me alegraba con tu promesa,
como el que encuentra un rico botín;
detesto y aborrezco la mentira,
y amo tu voluntad.
 
Siete veces al día te alabo
por tus justos mandamientos;
mucha paz tienen los que aman tus leyes,
y nada los hace tropezar;
aguardo tu salvación, Señor,
y cumplo tus mandatos.
 
Mi alma guarda tus preceptos
y los ama intensamente;
guardo tus decretos,
y tú tienes presente mis caminos.

Ant. Mucha paz tienen, Señor, los que aman tus leyes.

Ant. 2. El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma.

Salmo 132
FELICIDAD DE LA CONCORDIA FRATERNA
Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios (1 Jn 4, 7).

Ved qué dulzura, qué delicia,
convivir los hermanos unidos.
 
Es ungüento precioso en la cabeza,
que va bajando por la barba,
que baja por la barba de Aarón,
hasta la franja de su ornamento.
 
Es rocío del Hermón, que va bajando
sobre el monte Sión.
Porque allí manda el Señor la bendición:
la vida para siempre.

Ant. El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma.

Ant. 3. Defiéndeme de la mano perversa, Señor Dios, mi fuerte salvador.

Salmo 139
TÚ ERES MI REFUGIO
El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores (Mt 26, 45).

Líbrame, Señor, del malvado,
guárdame del hombre violento:
que planean maldades en su corazón
y todo el día provocan contiendas;
afilan sus lenguas como serpientes,
con veneno de víboras en los labios.
 
Defiéndeme, Señor, de la mano perversa,
guárdame de los hombres violentos,
que preparan zancadillas a mis pasos.
Los soberbios me esconden trampas;
los perversos me tienden una red
y por el camino me colocan lazos.
 
Pero yo digo al Señor: "Tú eres mi Dios";
Señor, atiende a mis gritos de socorro;
Señor Dios, mi fuerte salvador,
que cubres mi cabeza el día de la batalla.
 
Señor, no le concedas sus deseos al malvado,
no des éxito a sus proyectos.
 
Yo sé que el Señor hace justicia al afligido
y defiende el derecho del pobre.
Los justos alabarán tu nombre,
los honrados habitarán en tu presencia.

Ant. 3. Defiéndeme de la mano perversa, Señor Dios, mi fuerte salvador.

TERCIA

LECTURA BREVE Sb 8, 21

Comprendí que no podría poseer la sabiduría si Dios no me la daba, y ya era un fruto de la prudencia saber de quién procedía esta gracia.

V. Ésta es la virgen sensata.
R. Que el Señor encontró velando.

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado a santa Teresa de Jesús, para mostrar a tu Iglesia el camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

SEXTA

LECTURA BREVE 1 Co 7, 25

Respecto al celibato no tengo órdenes del Señor, sino que doy mi parecer como hombre de fiar que soy, por la misericordia del Señor.

V. Ésta es la virgen sensata.
R. Una del número de las prudentes.

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado a santa Teresa de Jesús, para mostrar a tu Iglesia el camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

NONA

LECTURA BREVE Ap 19, 6. 7

Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo; alegrémonos y gocemos y démosle gracias, porque llegó la boda del Cordero, y su esposa se ha embellecido.

V. Encontré al amor de mi alma.
R. Lo abracé y ya no lo soltaré.

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado a santa Teresa de Jesús, para mostrar a tu Iglesia el camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.  
R. Demos gracias a Dios.

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